El escándalo de Jontay Porter parece haber activado alarmas en la NBA en lo relativo a las apuestas. Y Adam Silver, que otra cosa no pero acostumbra a ser rápido a la hora de reaccionar, podría estar dando pasos importantes para empezar a poner límites en este sentido. Según afirma David Purdum, periodista de ESPN, la liga está negociando con sus socios de este ámbito para establecer determinados límites en el tipo de apuestas que pueden realizarse, tratando así de preservar la integridad de la competición y alejar las dudas surgidas tras la reciente polémica.
Una de las medidas que más forma ha ido tomando es la de prohibir que se realicen apuestas sobre las actuaciones de jugadores con contrato two-way, un contrato como el que tenía precisamente Jontay Porter. La lógica detrás de esta idea parece ser que, dado que estos jugadores tienen salarios menores, son los más propensos a llevar a cabo este tipo de prácticas, y además pueden en teoría pasar más fácilmente por debajo del radar que en el caso de grandes estrellas.
Por otra parte, Purdum afirma también que la NBA baraja medidas más estrictas, como no poder apostar al under en las actuaciones individuales. En este tipo de casos, las casas de apuestas establecen una cifra para cada estadística del jugador, por ejemplo 13,5 puntos, y los apostantes pueden elegir si creen que esa noche va a anotar más (over) o menos (under) de tal cantidad, pero de aplicarse esta norma solo se permitiría apostar a que va a meter más. De nuevo, la razón de esta propuesta la encontramos en el caso de Porter, que se borraba de los partidos a lo pocos minutos para no poder llegar a la cifra preestablecida y terminar por debajo de la misma.
No obstante, esta última medida, así como otras más severas, no terminan de convencer ni a la liga ni a las casas de apuestas con las que colabora, que creen que unas normas demasiado restrictivas solo servirían para impulsar los mercados de apuestas ilegales.
La NBA ya prohíbe a sus jugadores apostar en cualquier partido de la liga, pero estas medidas tratarían de reforzar dicha prohibición, que es por lo habitual muy difícil de controlar. No obstante, estaría lejos de abordar muchas otras consecuencias del problema, como las amenazas que jugadores y entrenadores reciben por parte de los apostantes. nbamaniacs